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De cómo terminé saltando la cuerda en un vestido (por Emilia)


Hola Dani,


Te cuento mi historia, que ocurrió cuando tenía 13 años.

Estaba tan feliz por la llegada de mi fiesta de cumpleaños. Mi madre me había dicho que estaría muy sorprendido y que casi no podía esperar. Solo unas semanas antes de la fiesta, me sorprendió mirando debajo de su falda y ella se enojó mucho. Traté de decirle que no estaba mirando nada, pero no me creyó: la verdad es que sí había echado una mirada a sus calzones rosa de nylon. Ella se enojó aún más y dijo que mi fiesta iba a ser cancelada y que no recibiría ningún regalo. Continuó diciéndome que era el mismo problema que tenía mi padre y que le costó el divorcio. Me pusieron el nombre de mi padre Tomás.

Al día siguiente la escuché hablar por teléfono con mi tía Connie, ella estaba hablando de seguir con la fiesta. No le hice saber que la había escuchado y que estaba realmente feliz de nuevo. Poco sabía que sería el comienzo de mi nueva vida.

Vi que mamá tenía muchas cajas debajo de la cama y supe que yo tendría muchos juguetes y tal vez algo de ropa nueva. Hice todas mis tareas y me comporté de la mejor manera. El día de la fiesta, mis primas Sandra y Susana llegaron temprano y trajeron unas grandes bolsas de compras. Entraron otras chicas y me sorprendió no ver a los chicos con los que me juntaba. El único chico que apareció fue Joaquín, el hijo de mi tía Connie, que era muy femenino. Siempre me burlaba de él por su forma de actuar como un mariquita.

Empezó la fiesta y comimos tarta y helado. Fue tan divertido que ni siquiera me había dado cuenta de que los chicos no estaban allí. Llegó el momento de la apertura de los regalos. Mi madre me entregó el primero, que era de parte suya. Lo abrí y pensé que era un error, pues el regalo eran un par de calzoncitos con muchos volantes en la parte de atrás. Miré a mi madre y ella me dijo: “oh, debes probártelos”. Le dije que de ninguna manera me los iba a poner. Mamá se enfadó mucho y dijo que me los pusiera o que me bajaría los pantalones y los calzoncillos y me daría una buena zurra. Me mantuve firme hasta que ella sacó el bastón que usaba para azotarme. Miré a todas las chicas y todas estaban sonriendo.

Mamá me dijo que cuando le contó a su hermana que yo había estado mirando debajo de su vestido, ella le informó que sus hijas le habían dicho que yo también había estado mirando los calzones de mi prima y todas estaban de acuerdo en que, si yo quería ver ropa interior de niñas, pues debería permitírseme. Todos empezaron a ayudarme a quitarme la ropa. A pesar de que traté de escapar, pronto estaba desnudo y me pusieron los calzoncitos de nena contra mi voluntad. Me quedé allí, con todos mirándome y no sé por qué, pero comencé a llorar y luego se burlaron de mí por ser una niña llorona.

Pronto me vestí con un atuendo que se veía muy mariquita y todos dijeron lo bonita que me veía. Me levantaron el vestido y me dijeron que mis calzoncitos de algodón se veían muy bonitos. Estaba tan conmocionado que no pude hacer nada más que quedarme allí llorando. Mamá me dijo que me portara bien o me pondrían un pañal y sostuvo uno que era rosa y tenía ositos de peluche. Me hicieron ponerme diferentes atuendos que cada uno me había comprado. Terminé con un corto vestido amarillo y unos calzones de satén rosa con encajes y lacitos. Sandra sugirió que trasladáramos la fiesta al jardín delantero para jugar al escondite.

Antes de que me diera cuenta, me habían arrastrado al jardín delantero y mi madre dijo: “¿por qué no saltan la cuerda? De esa manera todos podíamos ver los descuidos de Emilia”, es decir, la vista de mis calzones de nena mimada.  Mamá sostuvo el bastón en la mano y dijo ahora: Emilia, ¿quieres jugar a saltar la cuerda, ¿no? Negué con la cabeza, pero igual me empujaron al medio y me dijeron que saltara alto. Justo en ese momento vino un grupo de mis amigos varones. Todos empezaron a reír y a preguntar quién es la linda chica de los calzoncitos rosas. 

En la escuela, al día siguiente, todas las chicas les dijeron a los demás que mi nombre sería Emilia de ahora en adelante. 

Saludos,
Emilia

 


Comentarios

  1. Al fin una nueva historia. Éste blog ahora es mi favorito.

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  2. Hola, buen día.
    La lectura de algunas historias aqui publicadas muestran que el mundo femenino es mas fuerte. Aunque creo le faltan algunas fotos, hagamos una red de apoyo.
    Un abrazo

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